Y los cabellos de marfil al viento.
Agua muerta en la sien, el pensamiento
Color halo de luna cuando llueve.
¡Oh, qué clamor bajo del seno breve,
Que palma al aire el solitario aliento!
¡Qué témpano, cogido al firmamento,
El pie descalzo que a morir se atreve!
Brazos de mar, en cruz, sobre la helada
Bandeja de la noche; senos fríos,
De donde surge, yerta, la alborada;
¡Oh piernas como dos celestes ríos,
Malvaluna de hielo, amortajada
Bajo los mares de los ojos míos!
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